Aromas florais, morangos silvestres, frutas de roseira e cerejas. Na boca é suculento, leve e refrescante.
Un blanco con mucho carácter, este tiene una fuerte presencia de aromas a flores y hierbas, y frutas blancas de fondo, dando complejidad en una nariz adorable. La boca tiene taninos, tiene textura que casi se asemeja a la de un país, esa rusticidad que invita a comer, sobre todo mollejas a la parrilla. Un blanco con moral de tinto. De acuerdo con los estudios genéticos que ha hecho Bouchon en medio de su viñedo salvaje, sin conducción, en sus predios de Mingre, este es una suerte de mutación de país hacia el color blanco. No es otra cepa, es solo una evolución del país.
Un vino que viene de parras salvajes sin conducción que, más que formar un viñedo como los conocemos, ordenados en hileras, este forma un bosque, literal. Y la cosecha se debe hacer en escaleras. Un viñedo así, de variedad país, debe dar vinos con personalidad, y este la tiene. Los aromas terrosos y frutales hablan con claridad de la uva, la boca generosa en taninos reactivos, adorablemente astringentes, listos para quesos o charcutería. Un tinto refrescante para el verano.
Esta vinícola do Vale do Maule vive um atrativo presente desde que, para complementar seu catálogo de cabernet, carménère e outras típicas variedades bordalesas, começou também a elaborar país, semillón e carignan, tornando-se uma das mais audaciosas da cena. Essas variedades esquecidas têm raízes profundas no Maule e algumas na própria propriedade da família, como a uva país com a qual produzem o País Salvaje, proveniente de videiras que escalam até três metros pelas árvores.