La bonarda El Mirador viene de un viñedo plantado hace 80 años en la zona de Rivadavia, hacia el este de Mendoza. Los suelos son arenosos, típicos del lugar. Este vino se cría en viejos toneles por un año y es una bonarda clásica, llena de aromas y sabores a frutas rojas bien maduras, también hay notas herbales y los taninos tienen la suficiente estructura como para soportar ese peso frutal y, además, acompañar conejo al disco.
Aunque con una acidez un poco más alta de lo habitual, resulta un buen ejemplo de bonarda del este, con sus aromas y sabores a frutas dulces, textura suculenta y la sensación de voluptuosidad que llena la boca. Finca El Mirador queda en la zona de Rivadavia, en el cálido este mendocino. El viñedo fue plantado hace más de 80 años sobre suelos ricos en arenas.